Canarias, lo primero, y desde Canarias, al mundo

ImageCreo firmemente que el nacionalismo bien entendido es el conocimiento que un pueblo tiene de sí mismo, la capacidad de dicho pueblo para exigir el respeto que merece como entidad, y el esfuerzo que los ciudadanos y las instituciones que los representan realizan para enriquecer el mundo aportado sus valores distintivos.
 
 
Creo, defiendo y practico el nacionalismo progresista que actúa como una plataforma hacia ámbitos más amplios; el nacionalismo integrador que es una puerta siempre abierta a la cooperación y el entendimiento; el nacionalismo exigente cuando de se trata de defender nuestros derechos y nuestro acervo, pero siempre dispuesto a la incorporación de elementos nuevos y abierto a los cambios positivos.

Creo en Canarias y en los canarios porque ser canario es una forma particular de ser ciudadano del mundo. Una manera de pensar y vivir que nos define y que tenemos el derecho y el deber de conservar y dar a conocer.
 
 
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Creo en el "Espíritu Canario", esa capacidad para la internacionalización que hemos creado y practicado los canarios, basada en nuestra axiomática apertura, y que nos ha permitido generar riqueza desde la cooperación, la empresa y la solidaridad tricontinental de nuestro Archipiélago.

Image Creo en el pueblo canario, que sabe vivir en paz y administrar su prosperidad, y que representa valores como la iniciativa, el dialogo, el respeto, la valentía y coraje.Creo que debemos fomentar el intercambio con otros territorios y culturas del mundo porque eso es lo que nos ha permitido generar riqueza material y cultural, y ser, al mismo tiempo, un referente vanguardista y un modelo de conservación de nuestro patrimonio tradicional.

Creo en Benito Perez Galdós, en Pedro Garcia Cabrera, en Secundino Delgado, en Mercedes Pinto, Cesar Manrique, Tomás Morales, Agustín Millares, Néstor de la Torre, José Aguiar y en tantos y tantos canarios que con su talento y su trabajo han dado a conocer Canarias en todo el mundo.  Creo en el hombre y en la mujer canaria. Creo en su optimismo militante y en su gran capacidad de trabajo, en su ingenio y su gracia, símbolos del Espíritu Canario. Creo que el mundo necesita de Canarias y del ejemplo de su voluntad internacionalizadora. Nuestro Archipiélago tiene una localización privilegiada, el mejor clima del mundo y el cielo más luminoso. Somos una de las principales potencias del turismo mundial, con todo lo que eso conlleva respecto a interacción social y cultural. Gozamos de un patrimonio natural único en el mundo por su diversidad y riqueza que hemos sabido emplear racionalmente para logar un desarrollo sostenible. Nuestra posición geográfica privilegiada y nuestra acreditada tradición integradora nos capacitan especialmente para potenciar relaciones fructíferas en un mundo cada vez más conectado. Tenemos, sobre todo, la oportunidad de interconectar Europa, África y América.

Creo que el mundo precisa de la experiencia de Canarias para desarrollar un modelo económico y social avanzado, en que el bienestar se conjugue con el respeto a los Derechos Humanos de todas las personas y los pueblos. Los canarios somos por naturaleza abiertos, nobles y pacíficos, emprendedores y laboriosos, y así lo acredita la gran cantidad de isleños que han fundado pueblos y naciones modernas en Latinoamérica y el Caribe, personas trabajadoras que importan y exportan, intercambian, conviven, que son de fundamental importancia en el mundo empresarial, social, cultural y científico internacional, y que, en definitiva, representan el prestigio de Canarias en el mundo.

Creo que el mundo político se beneficiará del Espíritu Canario, del mismo modo de Canarias estará cada vez más presente y visible en el mundo. Nuestro Archipiélago Atlántico es y tiene que seguir siendo un país anclado en la órbita de las democracias contemporáneas, una sociedad moderna, abierta y avanzada, bien preparada para afrontar con éxito los retos del mundo actual. Canarias debe desarrollar una política exterior propia, ambiciosa pero sensata, solidaria pero exigente. Sin renunciar a nada, pero apostando con fuerza y autonomía por estar integrada con voz propia en los centros de decisión de Europa y del mundo, promoviendo la puesta en práctica de los Derechos Humanos. Canarias es un pueblo que tiene mucho que decir, tanto por el impulso de sus instituciones como por el empuje de los canarios y canarias del mundo entero.

Concibo la política como educación a gran escala, y por ello creo en el futuro y en la capacidad de las personas para ser cada día mejores, trabajando por los derechos de las personas y los pueblos.

Estoy agradecido a mis padres y a mis maestros, a los artistas, a los emprendedores, a los precursores y líderes canarios, por inculcar en mí el Espíritu Canario. Gracias a todos por enseñarme a amar mis raíces, por señalarme los frutos de nuestra tierra, el valor de mi identidad y la importancia del derecho a la libertad.

Soy consciente de que mi responsabilidad, ahora, es transmitir a mis hijos, mis alumnos, mis compañeros, socios, clientes, lectores, vecinos y amigos, el patrimonio que me ha sido legado. Mi compromiso, por tanto, es colaborar en la creación de unas directrices que sirvan para reafirmar y acrecentar el sentimiento de identidad y de canariedad en el tejido de la vida cotidiana de nuestro pueblo.

"Soy de un país donde el mar queda al final de cada calle...". Soy nacionalista canario porque creo que el nacionalismo integrador, progresista e internacionalista es un gran árbol cuyos frutos son más grandes y hermosos cuanto más profundas y cuidadas están sus raíces.